Botepronto

El gobierno no tiene más que tratar de persuadir a la oposición de lo que quiere hacer. Después de iniciadas las conversaciones en Gobernación, se ha anunciado que el presidente se va a reunir con los gobernadores, lo cual resulta urgente visto el problema de la inseguridad, que no deja de agravarse. Y el año que viene, frente a la revocación de mandato y las elecciones en seis estados, se acabará el espíritu navideño que priva los últimos días de este año.

Andrés Manuel López Obrador necesita poner orden en su equipo. Está claro que su gobierno tiene un déficit de operadores de los problemas internos de su equipo. El pleito entre Gertz y Nieto revela un mal manejo de crisis, atribuible también a Adán Augusto López, su secretario de Gobernación, quien debería estar apagando estos fuegos. Nada le debe el presidente a Gertz, quien le ofreció al presidente la telenovela que le contó Lozoya alrededor de la reforma energética, pero se ha convertido en un costo permanente y demasiado pesado. 

Sin embargo, hay nubarrones en el futuro próximo del gobierno y el presidente: la economía ha resentido las características de su movimiento. También la seguridad: el modelo que propuso no funciona y no hay visos de que vaya a cambiarlo. En términos de impacto y votos, la inflación o la devaluación, hacia las que camina el mundo, podrían cobrarle la factura que no le han cobrado otros sucesos relevantes, como la pandemia.

El decreto es un manotazo en la mesa de su gobierno porque la parte operativa interna no está funcionando.Claudia Sheinbaum ya está en campaña, construyendo su candidatura. Ocupar la jefatura de gobierno es su fortaleza y su debilidad. Necesita mejorar su conocimiento fuera de los límites de la Ciudad de México y aún del país, pero su destape prematuro también la coloca en el centro de la diana de sus contrincantes políticos.

Es difícil creerle al PRI que dejarán plantado al presidente con la reforma eléctrica, que según la oposición está muerta después de la innecesaria exhibición de fuerza de Morena. Lo lamentable fueron los insultos de un lado y del otro en la Cámara, porque las mayorías sirven para aprobar las iniciativas en los términos de quien detenta el poder.

Si alguien genera una fisura al discurso presidencial, el propio Andrés Manuel López Obrador queda en entredicho. Pero lo que hundió a Nieto no fue el evento en sí mismo, sino la presencia de Ealy Ortiz en la boda del director de la UIF que rastreaba dinero sospechoso. Su reemplazo al frente de la UIF, Pablo Gómez, es un nombramiento que tiene sentido debido a su trayectoria. Ha sido 21 años diputado y senador y no ha dado lugar a ningún escándalo, además de que tiene talento para investigar. También es síntoma de que el movimiento se va cerrando.

El ejemplo de Nuevo León puede distorsionar la óptica de lo que va a necesitarse para ganar las próximas elecciones, pero no hay duda de que dos personajes de primera importancia de Morena, le jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y el canciller Marcelo Ebrard, aprovecharon la ausencia, y sobre todo el silencio, del presidente López Obrador, para salir a hacer millas y avanzar casillas en el proceso sucesorio. Fue un buen intento, pero fallido. A Sheinbaum le da una ventaja enorme ser jefa de gobierno, cargo que es una gran caja de resonancia.

La Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucional la prisión preventiva oficiosa por los delitos de defraudación fiscal, contrabando y expendición y venta de comprobantes fiscales, entre otros. Por otros delitos, hay multitudes en la cárcel debido a la prisión preventiva, que es la regla y no la excepción.

Esta reforma va a cambiar algunas coordenadas y a entrampar a algunas figuras del priismo, principalmente a su dirigente, Alejandro Moreno, quien tiene una oportunidad de ganarse el respeto de los suyos. Es el momento de ganarse su lugar y dejar de ser llamado burlonamente “Amlito”. Así será si conduce y disciplina a un bloque de priistas y logra que su posición sobre la reforma tenga impacto y consigan algunas modificaciones. Si simplemente no pasa, él quedará limitado como líder frente a esos expresidentes.

Emilio Lozoya ya no es el testigo de la corrupción, es la personificación de la corrupción. El pecado que cometió es que su fotografía será uno de esos momentos icónicos que hay en cada sexenio y que marcan épocas. El presidente prometió cambiar de régimen para que la minoría no se sienta cómoda con sus privilegios y lo que vimos fue el gráfico de esa minoría, confesa de delitos de corrupción, muy cómoda en el México de AMLO.

Por su carácter técnico, la reforma eléctrica no es un tema que pueda movilizar a los mexicanos, que más bien quieren un nacionalismo que proteja su bolsillo. En el Senado, los priistas estaban dando señales de cohesión, incluso como parte de un sólido bloque opositor. Sin embargo, los otros PRIs, o el PRI del 2021, puede seguir la flauta de Andrés Manuel López Obrador. Se necesitan 57 votos para lograr la mayoría calificada de 334 en la Cámara de Diputados. El PRI tiene la última palabra. 

Al fiscal se le ve muy cercano al presidente, sin embargo, la inoperancia de Gertz podría resultarle contraproduce si no soluciona el caso Lozoya. El costo político para el presidente o para su partido será marginal frente a la base electoral con la que AMLO piensa que puede ganar la elección, pero la impericia, el sesgo y la víscera de Gertz lo irá restringiendo y quitándole capacidad de acción. Si Lozoya no es encarcelado, el fiasco sí tendría impacto en la opinión pública y, en esa ecuación, al presidente podría convenirle que el fiscal renunciara.

Lo que fue sin duda un despropósito fue la invitación a Díaz-Canel al festejo de la Independencia. El único jefe de Estado que había hablado en el Zócalo era Charles de Gaulle. ¿Cuál era el propósito de López Obrador? Quizá hacerle un guiño a la base trasnochada de Morena que se niega a ver la realidad de la violación de derechos humanos que ocurre en la isla, o tal vez el presidente se dio un gusto. 

Más que ver para atrás en un supuesto pago de deudas, en las invitaciones de AMLO a estos dos personajes hay que mirar para adelante, pues el presidente está fortaleciendo su coalición con miras al 2024. Si bien ninguno de ellos es una figura importante dentro de sus partidos, en sus estados lo son ambos. En medio de una alianza que se sostiene con palillitos, AMLO pone a sus integrantes a prueba: ataca a Rubén Moreira, se roba a un gobernador haciendo un guiño a los otros y mete presión.

El PAN se va a quedar en la marginalidad, como un grupo sectario. La reunión que organizó Julen Rementería, el inamovible coordinador de los senadores panistas, con el líder de Vox, es resultado de una operación de los grupos de ultraderecha para llevar al PAN precisamente ahí. Al interior del partido, los retrógradas ganaron la partida. ¿Qué sucederá con la alianza del PAN con el PRI y el PRD? Nada, posiblemente. El PRI no ha renegado de las posiciones ideológicas del PAN per se, como cuando ayudó a frenar el avance de la agenda de derechos en toda la República.

Violencia y economía son los principales retos para la segunda parte del sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Esta semana, Salavador Camarena, Ignacio Marván y Carlos Puig hacen una evaluación de los primeros tres años de la Cuarta Transformación, sus aciertos y sus tropiezos y plantean las dificultades que el gobierno podría encontrar en la segunda mitad, en medio de una lucha sucesora, una economía semi parada después de pandemia y la violencia que no cede.  

La dinámica que desató el fiscal Gertz responde a que se cumplió un año de la primera declaración de Emilio Lozoya y está apunto de vencerse el plazo para que éste pueda seguir el proceso en libertad. Si no cumple lo que ofreció, perderá el criterio de oportunidad. Mientras Gertz trata de revivir el caso, el exilio de Anaya abre ciertos espacios, porque queda inhabilitado de facto. El partido no tiene por ahora un candidato alternativo o alguien capaz de impulsar una eventual candidatura de unidad.

Siendo mal momento para el reinicio de clases, predomina el deseo de volver a los salones. La gran inquietud está en el cómo y las medidas del gobierno no satisfacen las dudas de los padres de familia. Aunque se espera un descenso en los contagios o quizá el inicio de una meseta, es posible que una cifra de contagios puede modificar la decisión del presidente. El llueve, truene o relampagueé ya ha sufrido algunos matices. 

El Tribunal Electoral no cuenta con la confianza de los ciudadanos. Los partidos cuentan con que ahí se pueden ganar elecciones que no se ganan en las urnas. Si bien no necesitamos una reforma electoral, el Tribunal sí requiere de un rediseño institucional y cambios específicos como restarle atribuciones a su presidente. El Tribunal funciona relativamente bien; los problemas no nacen de las decisiones de los magistrados, sino de las presiones a las que están sujetos quienes ocupan dichos cargos.  

Es impresionante es que no se hayan tomado las medidas necesarias para enfrentar la tercera ola. Incluso, se desmantelaron instalaciones como la de Banamex y se dio marcha atrás en la reconversión hospitalaria. También llama la atención la irregularidad de la vacunación, que de repente avanza para ralentizarse después.Mantener la apertura total por razones económicas, a estas alturas, debería ser un falso dilema. Es claro que el costo fue tremendo y que estamos lejos de una recuperación, pero hay que encontrar la mejor fórmula posible para volver a clases. Lo cierto, es que los maestros ni siquiera forman parte del debate.