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El libro de Eclesiastés fue escrito por Salomón en el año 935 AC. Es un análisis de su propia vida la cual vivió lejos de Dios por mucho tiempo. En el libro el nos da las dos caras de la moneda. Una es la vida sin Dios y la otra es la vida con El. El propósito del libro aplica a nosotros hoy día. Se trata de que podamos evitar la amargura innecesaria de que sin Dios la vida no tiene sentido. Así lo dijo Rick Warren en su libro “Una vida con propósito”: Sin Dios la vida no tiene propósito y sin propósito la vida no tiene sentido. La vida sin sentido no tiene significado ni esperanza. Sin sentido, vacío, vano, hueco… estas palabras nos hablan de desilusión y desencanto. Eso es lo que la mayoría de las personas experimentan en esta vida y aun así no cambian ni obtienen una mejor vida. Adquieren posesiones, poder y placeres, pero nada los satisface. Sus vidas están vacías y sin sentido. Esto hace que se hundan en la desesperación. Aun los templos están llenos de cristianos que no están satisfechos.