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Satanás usa este Salmo para atacar a Jesús en Mateo 4, pero Jesús lo conoce muy bien. Jesús usa este Salmo para equipar a sus discípulos cuando los envía en Lucas 10. Dos errores que cometen los cristianos: a) Exagerar el poder de Satanás. La lavadora se daña y alguien dice: ¡el diablo está en el detergente! Culpan al diablo de todo. Le estás dando mucho más crédito del que se merece. Eres flojo, irresponsable, egoísta y dices: "El diablo me obligó a hacerlo". b) Ignorar el poder de Satanás. Dicen: Satanás no tiene poder real, solo el poder de engañar. Sin embargo, él es el responsable de mentiras, acusaciones, condena, duda, miedo, e incredulidad. Diablo: Diábolos, el que calumnia y acusa. El ciclo de la vergüenza: Te tienta a pecar, te llama pecador, y luego va a Dios y le dice: “Mira su pecado”